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Yepeto
de Roberto Cossa
PERSONAJES
Profesor
Antonio
LA ACCION TRANSCURRE, ALTERNATIVAMENTE, EN EL
DEPARTAMENTO DEL PROFESOR Y EN UN BAR CUALQUIERA DE BUENOS AIRES.
PERO LOS AMBITOS ESTAN APENAS SUGERIDOS. PARA
EL DEPARTAMENTO DEL PROFESOR BASTA UNA CAMA Y UNA MESITA DE LUZ CARGADA DE
CAJAS Y FRASCOS DE REMEDIOS. HAY, ADEMAS, UNA PEQUEÑA BIBLIOTECA Y LIBROS
DESPARRAMADOS POR LA CAMA Y EL SUELO. EL BAR ESTA INDICADO POR UNA MESA REDONDA
Y DOS SILLAS "THONET" , LO QUE INDICA QUE SE TRATA DE UNO DE LOS POCOS
CAFES ANTIGUOS QUE SUPERVIVEN EN LA CIUDAD.
LOS POCOS ELEMENTOS PUEDEN SERVIR PARA UNO Y
OTRO AMBIENTE, DE ACUERDO CON LAS NECESIDADES DE LOS PERSONAJES.
CUANDO LAS LUCES CONECTAN AL ESPECTADOR CON
EL ESCENARIO ESTAN LOS DOS PERSONAJES EN ACTITUD DIAMETRALMENTE OPUESTA.
EL PROFESOR ES UN HOMBRE DE ALGO MAS DE
CINCUENTA AÑOS. NO ES NECESARIO QUE TENGA LA CLASICA FIGURA DEL INTELECTUAL.
MAS BIEN PARECE UN TIPO DE BARRIO Y -QUIZAS- UN EX FUTBOLISTA.
FISICAMENTE REPRESENTA LA EDAD QUE TIENE PERO
CUANDO HABLA Y ACTUA PARECE UNOS AÑOS MENOR. ESTA TIRADO EN LA CAMA,
ESCRIBIENDO A MANO EN UN CUADERNO, CON SUS ANTEOJITOS PARA VER DE CERCA CALADOS
EN LA PUNTA DE LA NARIZ.
ANTONIO ESTA SENTADO EN LA MESA DEL BAR
BEBIENDO CONTINUAMENTE GINEBRA. ES UN JOVEN DE VEINTE AÑOS QUE ESTA A PUNTO DE
EXPLOTAR. VISTE UN ATUENDO DEPORTIVO Y A SUS PIES DESCANSA UN BOLSO AJADO POR
EL USO. TIENE UN ROSTRO SENSIBLE E INTELIGENTE, PERO CON UNA EXPRESION QUE, A
PRIMERA VISTA, HACE PRESUMIR UN TIPO VIOLENTO. EN REALIDAD, NO ES MAS QUE UN
CHICO ACORRALADO, CON UNA GRAN IRRITACION.
DURANTE UN INSTANTE, EL ESPECTADOR TENDRA
ANTE SI ESTAS DOS IMAGENES CONTRAPUESTAS.
HASTA QUE EL PROFESOR, LUEGO DE LEER LO QUE
ESTA ESCRIBIENDO DICE, PARA SI:
PROFESOR : Que el tutor esté enamorado de
Julio, está claro... Ella es muy joven... hermosa... ¿Pero qué es lo que a
Julia le atrae del tutor? ¿Nada más que la inteligencia? Desea físicamente al
teniente de húsares, pero se siente atraída intelectualmente por el viejo
tutor. (PIENSA) Es muy convencional.
(ARRANCA LA HOJA, LA ESTRUJA Y LA TIRA AL
SUELO. VUELVE A ESCRIBIR)
(ANTONIO, AJENO AL PROFESOR, HA ESTADO
BEBIENDO HASTA QUE ESTALLA)
ANTONIO : (CON VIOLENCIA CONTENIDA) ¡Déjela
tranquila a Cecilia, viejo degenerado! ¡O le rompo el alma a patadas!
(EL PROFESOR -DESTINATARIO DE LA AGRESION-
DEJA DE ESCRIBIR, SE QUITA LOS ANTEOJOS Y DICE TRANQUILAMENTE)
PROFESOR : Me parece una conversación
desagradable.
(EN TODA LA ESCENA SIGUIENTE EL PROFESOR SE
LEVANTA DE LA CAMA Y PRACTICARA TODAS LAS ACCIONES DE QUIEN SE PREPARA PARA
SALIR)
ANTONIO : ¿Por qué le dice las cosas que le
dice?
PROFESOR : (MIENTRAS SE CEPILLA LOS DIENTES)
No quiero mantener una conversación en ese tono. Si querés hablar, hablamos.
Dijiste que querías hablar conmigo.
(MIENTRAS EL PROFESOR CONTINUA CON SUS
PREPARATIVOS ANTONIO LO OBSERVA)
ANTONIO : (CON TONO DE COMPROBACION) ¡Es un
viejo! Cecilia me dijo: "es un hombre grande" Pero es un viejo.
PROFESOR : Depende para qué. A mi edad Thomas
Mann escribió "La Montaña Mágica". Goya pintó "Los Fusilamientos"
y Tchaikovsky compuso la sinfonía "Patética". Y Bach tuvo hijos. Así
que para eso también estoy en edad.
(EL PROFESOR ESTA EN CALZONCILLOS, PONIENDOSE
LOS PANTALONES. ANTONIO VUELVE A OBSERVARLO)
ANTONIO : No la entiendo a Cecilia... Se puede
ser viejo, pero tener pinta.
PROFESOR : Nunca recibí tantos elogios
juntos. Viejo y viejo de mierda al mismo tiempo.
(EL PROFESOR SEGUIRA VISTIENDOSE)
ANTONIO : ¿Pero no se da cuenta que es una
nena?
PROFESOR : Supongo que si está en la
universidad, es mayorcita. La ley me protege.
ANTONIO : ¡Tiene diecisiete años! Y usted lo
sabe. Ella se lo dijo el día que se fueron a caminar por los bosques de
Palermo.
PROFESOR : ¿Por los bosques de Palermo?
ANTONIO : Usted le preguntó: "¿qué edad
tenés? Ella le dijo: diecisiete. Y usted le dijo: "¿No te da
vergüenza?" A ella le pareció muy gracioso.
PROFESOR : ¡Es muy gracioso! Tener diecisiete
años es casi una obscenidad.
ANTONIO : (AMENAZANTE) ¡Lo único que le digo
es que la deje tranquila!
PROFESOR : ¡Bueno, basta! Cuando me llamaste
por teléfono dijiste que querías hablar conmigo. ¡Hablar!
ANTONIO : ¿Sabe de qué tengo ganas ahora? ¡De
pegarle una trompada!
PROFESOR : ¿Y por qué no me pegás?
ANTONIO : Porque es un viejo.
PROFESOR : Eso es una ventaja. Espero que el
año que viene ya me empiecen a dar el asiento en los colectivos.
ANTONIO : ¿La va a dejar tranquila?
PROFESOR : Insisto en que se trata de una
conversación desagradable. Cecilia es una alumna que tiene ganas de charlar con
su profesor. Eso es todo. ¡Pero, de pronto, aparece Otelo dispuesto a clavar su
daga en el cuello de un inocente que sólo desea que Desdémona entienda, de una
vez por todas, que la literatura es un arte cuyo único secreto está en que la
palabra alcance la estatura de la imagen! Entre paréntesis... ¿Sabés quiénes
fueron Otelo, Yago y Desdémona?
(ANTONIO SE TOMA SU TIEMPO PARA DECIR)
ANTONIO : Usted se la quiere coger.
PROFESOR : (DESPUES DE RECIBIR EL IMPACTO,
RECUPERA SU HUMOR) ¡Ah, por supuesto! ¿Qué hombre de mi edad, con sus hormonas
en condiciones, rechazaría acostarse con una joven de diecisiete años? Yo tengo
seis cursos... En total... (CALCULA) Más de sesenta mujercitas menores de
veinte años. Te diré que, salvo tres o cuatro, no rechazaría a ninguna.
ANTONIO : ¡Usted es un viejo degenerado!
PROFESOR : (MANTIENE SU TONO BURLON) ¡Pero
con algunos principios! (CAMBIA EL TONO, PARA DEMOSTRAR QUE HABLA EN SERIO)
Jamás me acuesto con mis alumnas. (RECUPERA SU ESTILO IRONICO) Ahora... una vez
que se gradúan... Conozco el caso de algunas alumnas que terminaron su carrera
con el único propósito de conocer mi cama. ¡No sabés lo que es mi casa la
semana siguiente a la finalización de los cursos! ¡Un desfile! (A PARTIR DE
AQUI MIMARA EL RELATO) Suena el timbre... ¿Señorita? "Soy licenciada en
letras". ¿Su diploma? ¡Muy bien! ¡A la cama! (LE HABLA CONFIDENCIALMENTE)
Es más... Yo reprobé a Simone De Beauvoir porque pensé... "Esta vieja
fulera estudia letras para poder acostarse conmigo". ¿Sabés quién fue
Simone De Beauvoir?
ANTONIO : No.
PROFESOR : Lo lamento. Te perdiste un buen
chiste.
(EL PROFESOR SE SIGUE PREPARANDO PARA SALIR.
ANTONIO NO DEJA DE MIRARLO)
ANTONIO : En la foto parecía más joven.
PROFESOR : ¿Qué foto?
ANTONIO : La que salió en el diario.
PROFESOR : (SIMULA NO RECORDAR) ¿Qué diario?
ANTONIO : La vez pasada... ¡Que se hablaba de
usted! Cecilia me la mostró.
PROFESOR : (MIENTE) ¿En el diario...?
ANTONIO : Recortó el artículo y lo lleva en
el cuaderno. Se la pasa mirando su foto.
PROFESOR : ¿Pero qué foto?
ANTONIO : Esta. (SEÑALA UNA FOTO PEGADA EN LA
PARED)
PROFESOR : ¡Ah...! ¡Pobre Cecilia! Cree en el
prestigio de los suplementos literarios. Es muy ingenua.
ANTONIO : Cuando vi la foto se lo dije. No es
tan viejo.
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