lunes, 15 de abril de 2013

Descargar Gratis Equívoca fuga de señorita, apretando un pañuelo de encaje sobre su pecho de Daniel Veronese



Descargar Gratis Equívoca fuga de señorita, apretando un pañuelo de encaje sobre su pecho
de Daniel Veronese


 


Por favor... una vez más

PADRE:
(Pausa. Lee una carta) "No pudiendo permanecer más en este encierro, me voy apretando sobre mi corazón este pañuelito de encaje que me acompañará hasta que se pierda en algún camino, y con él, lo juro, perderé la última posibilidad de recordar. Hubiese querido que las cosas sucedieran de otra manera. Pero ya es tarde para mí. Adiós, para siempre... Martina"

MADRE:
Para siempre...

PADRE:
(Pausa) Así decidió decirlo (Pausa. Cierra la carta. La guarda) Se nos fue (Pausa) Al menos se pudo ir diciendo todo lo que quiso.

MADRE:
¿Qué tendríamos que haber hecho para que se quedara? Yo no lo sé

PADRE:
Nunca lo vamos a saber (Ella intenta ir hacia la puerta. El la abraza) No ¿Dónde vas a ir ahora? Quedate aquí

MADRE:
Nuestra mente no llega a tanto. No resolvemos dificultades menores ¿Como vamos a hacer para sobrellevar esto?

PADRE:
(Pausa. Sonríe agriamente) El tiempo todo lo cura

(La Madre le pega una bofetada. Larga pausa)


MADRE:
Tenés razón, es mejor no salir a la calle ahora. Ah, pero vas a ver, ya van a empezar a preguntar. Esos amigos, los vecinos, sus compañeros de clase, todos, conozco a la gente. Y este muchacho que todos los días viene con la excusa de arreglarnos la cocina. Es obvio que venía por Martina. Ni se por qué lo dejanos entrar. Ella es tan chiquita para esas cosas...

PADRE:
Me pegaste

MADRE:
(Pausa) Ya no puedo pegarle a nadie. Una triste mañana, antes del desayuno, me encontré sin mi brazo derecho (Llora)

PADRE:
Querida, habrá que empezar a imaginarse la vida sin ella

MADRE:
¿Pero qué le pedís a una madre? ¿Qué olvide...?

PADRE:
Sí, mi amor.

MADRE:
No se puede olvidar (Toma una foto enmarcada. La arroja al piso) Recuerdos... Los recuerdos me van a reventar los ojos ¿Anoche, como todas las noches, cuando entraste a arroparla y a apagar la luz del velador...?

PADRE:
Tenés que tranquilizarte un poco

MADRE:
¿Pero no pudiste darte cuenta de que esto iba a pasar?

PADRE:
Anoche dormía, como todas las noches

MADRE:
No, como todas las noches no. Seguro que ayer no estaba descansando

PADRE:
Parecía soñar con ángeles

MADRE:
No era con ángeles con lo que soñaba. Soñaba con un camino que la alejaba de todo lo conocido, de su familia. Nos guste o no nos guste, su mente ya estaba preparando la fuga mientras todo parecía estar en su sitio. ¿Su ropa ya colgaba de la percha?

PADRE:
Querida, sabés que...
MADRE:
(Interrumpiéndolo) Contestá ¿Le llevaste el vaso de agua? ¿Lo pusiste sobre su mesita de luz, lo tapaste con la carpetita gris de lino? Contestá

PADRE:
Sí, sí, lo hice

MADRE:
(Pausa) Ese es el sitio en que deben estar las cosas en esta casa, cuando todo está en orden.

PADRE:
¿Entonces?... Nosotros no podemos sentirnos culpables.

MADRE:
(Pausa) No

PADRE:
Nos fue imposible darnos cuenta de lo que estaba tramando. Por lo menos nos tiene que quedar esa alegría serena, esa tranquilidad en el alma.


(Larga pausa. Larga congoja. El Padre le muestra la carta a la Madre)


PADRE:
Mirá... Dobló el papel prolijamente en cuatro partes simétricas. Cada doblez en el lugar justo.

MADRE:
Al menos pudo ser prolija una vez en la vida

PADRE:
Ser prolija parecía que era su mayor desesperación ¿Recordás como se esforzaba por perfumar su cuarto cuando recibía a sus compañeros de la escuela... a su amiga preferida? Parecía no tener otra necesidad que la de mejorar y hacer feliz a quienes la querían bien

MADRE:
Pero me abandona

PADRE:
Nos abandona. A vos y a mí. A los dos

MADRE:
¿Nunca vas a comprenderme? Seguramente no nos verá nunca más a ninguno de los dos, pero esa hija es a mí a quién decidió abandonar

PADRE:
¿Qué decís?

MADRE:
Me odiaba

PADRE:
Te adoraba

MADRE: Sabés que no

PADRE:
A nadie quería más en este mundo que a su madre

MADRE:
Mentís

PADRE:
No...

MADRE:
Basta. Mentís (Pausa) Te lo agradezco, pero tengo que aprender sola a enfrentar esta realidad. Los dos sabemos que no era a mí a quién quería más. Era a vos

PADRE:
Pero... si a vos siempre te sonreía cuando veía que lavabas su ropa de cama... cuando le preparabas su comida preferida... cuando le planchabas...

MADRE:
¿Qué tiene que ver eso? Escúchenlo ¿Ese es todo el cariño que una hija debe brindar a su madre? A vos te permitía entrar a su pieza a arroparla por las noches

PADRE:
No podés hablar así, ahora


No hay comentarios.:

Publicar un comentario